No soy supersticiosa. Tampoco es que siga rituales ni ande leyendo horóscopos cada día. Pero hace unos meses, una amiga me regaló algo que terminó marcando un antes y un después en cómo afronto la vida: una pulsera de 7 nudos.
Era roja, sencilla, hecha de hilo, con siete nudos perfectamente atados. Me la entregó con una sonrisa y me dijo: “Es para protegerte, pero sobre todo, para recordarte lo fuerte que eres.”
No pensé que algo tan pequeño pudiera tener tanto impacto.
Un amuleto discreto, pero con mucho poder
Empecé a llevarla “por si acaso”. Ya sabes, ese pensamiento medio escéptico, medio abierto. Pero con los días me fui dando cuenta de que esa pulsera no solo me protegía (o al menos, así lo sentía), sino que me acompañaba. En reuniones difíciles, en momentos de duda, en días en los que me sentía perdida… la miraba y me acordaba: cada nudo es un recordatorio de mi fuerza, de mi camino, de mi energía.
Y sí, también me ayudó a cortar con esa costumbre de absorber todo lo que me rodea. Porque yo soy de esas personas que sienten demasiado. ¿Te pasa?
El ritual del “yo me elijo”
Algo que aprendí es que ponerse una pulsera de 7 nudos es casi como hacer un pacto contigo misma. No solo sirve para “espantar lo malo”. También es una forma de decir: “Hoy me elijo. Hoy protejo mi energía. Hoy decido quién entra y qué dejo ir.”
Empecé a regalarle pulseras a mis amigas. Pero no cualquier pulsera. Quería que fueran especiales, con alma, bien hechas, con intención. Buscando tiendas en Barcelona, encontré una que me enamoró desde el primer momento: Happy Uky.
¿Por qué Happy Uky?
Porque no solo venden pulseras. Crean pequeños rituales envueltos en hilos de colores. Cada pieza está hecha con mimo, con esa energía que se nota apenas la tienes en las manos. Me gustó que tienen opciones de todos los colores, y cada uno con su significado. Si no sabes cuál elegir, incluso puedes escribirles por WhatsApp y te asesoran como si fueras parte de su familia.
Tienen tienda física en Barcelona y también venden online, puedes verlas en happyuky.es/pulseras-7-nudos, así que ya no tengo excusa para no sorprender a alguien especial (o a mí misma) con uno de estos amuletos que, aunque simples, pueden convertirse en compañeros de vida.
¿Cuál color es para ti?
Cuando empecé, no sabía que el color que eliges también tiene un propósito. Y vaya si se siente cuando eliges el adecuado:
🔴 Rojo: Para las que necesitan coraje y protección.
🖤 Negro: Para absorber lo que no nos pertenece.
💚 Verde: Para sanar y comenzar de nuevo.
💙 Azul: Para encontrar paz en medio del caos.
💛 Amarillo: Para recuperar la alegría y la chispa.
🤍 Blanco: Para limpiar, soltar, y empezar desde cero.
Yo empecé con la roja. Ahora tengo también una verde, porque estoy en una etapa de renovación. Y sí, cada vez que cambio de pulsera, siento que estoy marcando un nuevo capítulo.
Cuando se rompe… no es el fin, es un nuevo inicio
Lo curioso de estas pulseras es que no duran para siempre. Y eso es parte de su magia. Cuando se rompe (porque lo hará), significa que ha cumplido su propósito. No es un momento triste. Al contrario: es como cerrar un ciclo. Te despides, le agradeces, y si lo sientes, empiezas de nuevo con otra.
Ese momento en que se rompió la mía fue… raro. Me sentí un poco vulnerable, sí. Pero también me di cuenta de todo lo que había cambiado desde que me la puse por primera vez. Y me emocioné.
Porque no era la pulsera la que me había protegido. Era yo misma. La pulsera solo me lo recordaba.
Algo más que un accesorio
Hoy puedo decirlo con seguridad: las pulseras de 7 nudos son mucho más que bisutería bonita. Son pequeñas anclas que nos conectan con lo que necesitamos en cada etapa. Protección, paz, fuerza, claridad… lo que sea que estés buscando, probablemente hay un color que puede ayudarte a enfocarte en ello.
Si estás en un momento en el que sientes que necesitas cerrar círculos, protegerte de malas energías o simplemente reconectar contigo misma, date ese regalo. No por superstición, sino por amor propio.
Y si no sabes por dónde empezar, echa un vistazo a Happy Uky. Yo lo hice sin expectativas, y encontré algo que no sabía que estaba buscando.